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La cita previa la teníamos desde semanas antes. Con nuestro e-mail de confirmación impreso en la mano, a la hora convenida, las 09:15, nos presentamos a la puerta de la Factoría Airbus, junto al aeropuerto de Colomiers-Blagnac. La empresa que se encarga de las visitas programadas, por si alguien también es forofo de la ingeniería, es Taxiway.



Los que viváis cerca de la frontera francesa, ya no tenéis excusa si no os habéis subido al Concorde o no habéis visto cómo se ensamblan las piezas de este gigante.



Es la típica excursión inolvidable de un día…

Con la incredulidad satisfecha de cómo una cosa de 540 Tm, o sea, algo más de doscientas Marco Polo juntas, puede volar con hasta 853 pasajeros dentro, nos volvemos a las orillas del río a comer tranquilitos, pero un poco preocupados por las cosas que revolotean por ahí arriba...

Aparcados luego por la zona de la avenue de la Gloire, en el ensanche, nos dedicamos a internet en un ciber, a la compra en un super Casino y a una visita en profundidad del tramo urbano del Canal du Midi en el barrio de Rangueil.



Un anochecer lluvioso nos retiró al hogar de nuevo en las riberas de la Île du Ramier, magnífico lugar furgoperfecto, donde los haya, hasta que después de cenar allí nos aventuramos por la N20, directos hacia la vertiente septentrional del pirineo por Foix y El Castelet.

Un poco antes de llegar a Ax-les-Thermes, nos acostamos en un entrante ancho de la carretera en cierto tramo boscoso.