¿Las tres erres, las cuatro, las cinco...?
¡Qué más da! Llena tu vida de erres y piensa en los que vienen detrás.




Reducir: Usa pocas botellas de plástico, por ejemplo, pero si las usas escoge el tamaño mayor. Y cuando ya las tengas que tirar, comprímelas para minimizar el volumen y los gastos de transporte y manipulación.

Reutilizar: Si las usas, sácales otro uso antes de tirarlas. Córtalas para semilleros o macetas. Amasar cemento, mezclar pinturas, limpiar pinceles...

Reciclar: Si las tiramos, que sea en el contenedor amarillo para que sirva para hacer otras nuevas. Para empezar un nuevo ciclo.

Recuperar: Si encuentras un objeto que a otro ya lo le sirve, como un mueble antiguo, puedes darle una nueva vida si te es útil. Aprende a decorar, a amueblar, a buscar aplicaciones a las cosas...

Reparar: No tires las cosas al primer fallo, aunque te hayan costado poco: intenta arreglarlas, recomponer la pieza que se ha estropeado, aunque no exista ya el recambio original. No llenes los basureros de chatarra. Ten ingenio o da empleo a las personas que viven en los comercios de reparaciones