Para todas esas ocasiones en que no nos interesa demasiado que nos vean cómo nos damos el gel de ducha, está dedicado este brico.

¿Aparcamiento de la playa lleno de gente cuando llegas con arena en todos tus resquicios? ¿Te has levantado a mediodía en ese área de descanso que al acostarte estaba desierta y ahora hay tres familias de pic–nic? ¿Harta de aparecer sin cobrar en la portada del Interviú? Se acabó el problema: hazte una cabina de ducha exterior de unos 2 metros cuadrados debajo del portón de la furgo.

No necesitas nada más que estos materiales:

– Una tela de loneta del color de tu carrocería de 5 m de largo por 2 de ancho.

– Media docena de ojales metálicos (2 hembras y 2 machos). Los venden en las tiendas de artículos de piel, caza y pesca.



– Otra media docena de pinzas portapapeles anchas.



– El kit de ducha Westfalia para conectar a la toma trasera (o te lo puedes fabricar tú mismo por menos de lo que cuesta el original si dispones del recambio hembra de válvula de retención para acoplar).



– La ventosa Westfalia para fijar el teléfono de ducha.



– Una loseta de PVC de 50 x 50 cm de las de hacer enjarretados de duchas y piscinas



– (opcional) 6 picas de tienda de campaña, 6 pesas de 1/2 Kg y 12 bridas de plástico.

Elaboración:

Si no tienes mucha maña con la máquina de coser, en donde te vendan el retal de tela pueden hacerte el dobladillo por todo su perímetro para evitar que se deteriore con el uso. Después, con ayuda de las pinzas, la colocas empezanado por un lado del portón y terminando en el opuesto cuidando de solaparla unos diez centímetros por encima del techo y que quede a unos 5 ó 10 cm del suelo, sin arrastrar.



Si nos situamos dentro, se produce el llamado efecto visillo, que consiste en que si se acerca la vista a la cortina por el lado interior podemos ver todo lo que nos rodea, mientras que la gente que esté fuera a más de medio metro no verá lo que hay dentro de esta cabina.



La superficie para moverse es bastante amplia:



Aprovechando este premontaje, se hacen unos taladros en las cuatro esquinas de la tela



y dos más en los ángulos rectos inferiores. De esta forma se permite introducir si se desea alguna cuerda tensa en caso de que haga viento para que conserve su forma. Los que queden por la parte alta, junto a las bisagras del portón, también nos servirán por si queremos sujetar en alguna ocasión la tela con un pulpo elástico en vez de con las pinzas.



Otra posibilidad para los casos de viento es sujetar la tela primero con unas 6 pinzas a las que haremos solidarias sendas pesas de las de gimnasia y éstas a su vez a otras tantas picas que se puedan clavar en el terreno. Las uniones son muy sencillas empleando bridas de plástico.



Una vez creada la habitación, no hay más que colgar la ducha de la ventosa Westfalia (hay que pegar primero al revestimiento del portón un plástico muy plano y liso con cinta adhesiva de cara doble, porque al ser rugoso se despega con facilidad) y conectarla a la toma del armario.



Para escurrirnos bien y no volvernos a manchar con la arena del suelo, o lo que haya, ponemos la baldosa de PVC con la que estaremos cómodos y descalzos.



Mientras nos secamos, se secan también las salpicaduras de agua en la tela. Así se podrá guardar sin riesgo de enmohecimiento y compacta de esta manera:



Yo creo que es fácil, barato y muy práctico para el buen tiempo.



Hay otras alternativas, como las bandejas del todoacien...